Que es la Enfermedad de Chagas

QUE ES LA ENFERMEDAD DE CHAGAS

Conocida como el Mal de Chagas, es una enfermedad producida por el parásito Trypanosoma cruzi, puede afectar algunos órganos como el corazón e intestinos.

Es endémica en América, especialmente en el centro y sur.

COMO SE TRASMITE LA ENFERMEDAD:
Por las heces de la Vinchuca
Conocidos con diferentes nombres:
Vinchuca, Barbiero, Pitos,Chinches, etc.
Pica por la noche, para alimentarse y deja sus heces infectadas, que son la fuente de infección.

TRANSMISIÓN VERTICAL:
De la madre infectada al hijo durante el embarazo y el parto

TRANSMISIÓN HORIZONTAL:
Mediante transfusión de sangre y trasplante de órganos y tejidos. Desde un donante infectado, si no ha sido diagnosticado debidamente.

COMO SE DIAGNOSTICA:
A través de análisis de sangre y pruebas complementarias especificas.

QUE DEBO HACER:
Acudir al medico de cabecera, solicitar que te haga la prueba de chagas, de acuerdo al protocolo de actuación de la Comunidad Valenciana y Cataluña, si das positivo el medico de cabecera te enviara al centro de referencia de tu zona, para que te hagan el tratamiento y seguimiento respectivo.
Si no te quieren atender ponte en contacto con  tu Asociación Asapechavae Valencia España, ONGD, para acompañarte a hacer las gestiones donde corresponda.

(MAS INFORMACIÓN DE LA ENFERMEDAD DEL CHAGAS )

Latinoamérica es una  enfermedad casi endémica.

El Mal de Chagas-Mazza afecta a un 25 por ciento de la población de América Latina. Es considerada la enfermedad de los pobres, condición que la llevó a ser ignorada durante años por las sociedades urbanas.

No hay nada más latinoamericano que el Mal de Chagas-Mazza. Quizás suene un poco sarcástico, pero no escapa a la realidad sanitaria de los países, especialmente en las zonas rurales tropicales, donde el precario desarrollo humano y las instituciones ausentes contribuyen a la expansión de la Tripanosomisis Americana, la enfermedad de los pobres.
A mil kilómetros de de Buenos Aires, en Argentina, en el centro geográfico del impenetrable chaqueño, la selva, tan mística y salvaje para el habitante urbano medio, surge impotente, efímera, indefensa. Sus días están contados; la tala y el desmonte metódico del quebracho arrasó, literalmente, con todo lo que había en pie para fabricar muebles que la gente de las ciudades acomoda en sus departamentos, y de paso, expandir la frontera agrícola para plantar soja.

Después de la topadora, los aserraderos y el monocultivo que degrada escandalosamente los nutrientes del suelo, queda la gente; pueblos enteros con sus habitantes que son abandonados por las empresas y el Estado a merced divina, obligados a migrar y a mendigar en las ciudades lo que el desmantelamiento de sus costumbres se llevó, junto con sus vidas.

No hay nada nuevo en la descripción anterior, las realidades siguen iguales, los tiempos son distintos. Y el tiempo no cambia tampoco los padecimientos, sean sociales, económicos o, en este caso, sanitarios. Cólera, malaria, paludismo, difteria, dengue; enfermedades infecciosas que tienen origen el las condiciones higiénicas de la población y que hoy por hoy son reales, muy a pesar de los avances en la medicina moderna.

Es que si no hay una positiva intencionalidad política, los recursos se estancan, al igual que el agua podrida donde crecen las larvas de los insectos portadores de la mayoría de estos males. Recién ahora existe una real conciencia del impacto social que generan estas enfermedades infecciosas, y recién ahora se retoman campañas y se destinan fondos para prevenirlas y combatirlas.

El Mal de Chagas-Mazza es una de estas dolencias patógenas y debe sus nombres al infectólogo brasileño Carlos Chagas, quién fue el primero en hacer una descripción científica del padecimiento y a Salvador Mazza, médico argentino que la estudió cuando nadie la consideraba como una enfermedad peligrosa. Afecta principalmente a la población rural de menores recursos que habitan en condiciones precarias en las zonas tropicales y subtropicales.

La pobreza extrema es un caldo de cultivo ideal para el desarrollo de las afecciones parasitarias, y el norte argentino proporciona vastas áreas para ello. Sumados a todas las problemáticas de la estructura socioeconómica, se desarrolla en paralelo el Mal de Chagas-Mazza. El portador del parásito es un insecto que habita las cortezas de algunos árboles y casas humildes, llamado Vinchuca o Triatoma Infestans.

La Vinchuca se alimenta de sangre animal, y la transmisión del parásito Tripanosoma Cruzi, que se encuentra en su estómago, se produce cuando defeca sobre la herida que provoca al succionar luego de nutrirse o por cualquier otro corte, así como por los ojos o boca. En un principio, el Chagas-Mazza no se consideró como una enfermedad, ya que afectaba, y afecta, principalmente, a los sectores pobres y marginales; sólo obtuvo real importancia después de 1960, casi 50 años luego de su descubrimiento.

Los indicios principales de la infección se desarrollan en dos etapas; la primera suele producir fiebre, anorexia y conjuntivitis, pero en muchos casos esta fase puede resultar asintomática y los efectos más devastadores surgen en el segundo período, que suele tardar años o quizás décadas. En este segundo ciclo, la enfermedad ataca a los sistemas nervioso, digestivo y al corazón.

Diversos cálculos sugieren que la población total afectada por el Mal de Chagas-Mazza en Argentina rondaría los 3 millones, pero las estimaciones están basadas en datos no actualizados relevados en 1993 por el Ministerio de Salud. A nivel continental, la Organización Mundial de la Salud, OMS, computa entre 18 y 25 millones de personas infectadas y 100 millones más en riesgo de estarlo.

Si bien no existen curas definitivas para la enfermedad, los tratamientos, cuando son aplicados en tiempo y forma correctos, suelen contener el avance de la afección, pero en este caso, la medicina sólo puede actuar en el segundo ciclo de la enfermedad, cuando aparecen las cardiopatías. Los estudios actuales apuntan a procedimientos basados en células madre y en un futuro medio se obtendrán los resultados, positivos o no.

Mientras tanto, el control efectivo de la enfermedad se cimienta en la prevención por medio de la fumigación y en campañas de concientización que los gobiernos locales llevan adelante, en formas más efectivas que otras. La OMS ha definido al Mal de Chagas-Mazza como uno de los mayores flagelos de América Latina y su avance produce efectos devastadores en las estructuras poblacionales de la región.

El Chagas es una enfermedad bien latinoamericana; tiene sus orígenes y víctimas en el desamparo y la miseria, y de la misma forma que sus afectados.

Casi el 25% de bolivianos tiene el mal de Chagas

Un informe del Plan Internacional Inc. Bolivia y la Fundación Pro Hábitat reveló hoy que lo menos 1.800.000 bolivianos se encuentran infectadas con el mal de Chagas, es decir el 23 por ciento del total de la población, mientras que cerca de 3.700.000 están en riesgo de contraer este mal causante del 13 por ciento del total de muertes en el país.

Ambas instituciones informaron que a lo largo de 10 años de trabajo ininterrumpido en el país lograron refaccionar 15.608 viviendas e iniciar un tratamiento para la cura del mal de Chagas a 2.500 niños, niñas y adolescentes en las zonas endémicas de los departamentos de Tarija y Chuquisaca.

En significativo acto realizado en instalaciones en el hotel Europa, de la ciudad de sede de gobierno, la directora del Plan Internacional Inc. Bolivia, Jaya Sarkar, explicó que a lo largo de su vigencia se benefició a 70 mil personas dentro del plan de prevención y control de la enfermedad de Chagas.

“Liberándonos del Chagas” se denomina el programa Plan Internacional Inc. Bolivia que fue ejecutado en tres gobiernos municipales de Tarija y tres de Chuquisaca y que ha alcanzando a cubrir cerca de 180 poblaciones de esos seis municipios.

Jaya Sarkar explicó que a lo largo de los 10 años el programa Control Habitad mejoró más de 15.600 viviendas optimizando la calidad de vida de más de 70.000personas que están preparadas para no contraer el mal de Chagas.

Además, se inició un agresivo estudio que detectó que niños a partir de los 12 años de edad pueden ser curados de la enfermedad del Chagas causado por el virus Trypanosoma cruzi, que es transmitida por el insecto Triatoma infestans (que se alimenta de sangre), común mente conocido en Bolivia como la Vinchuca.

¿QUÉ ES EL CHAGAS?

El mal de Chagas tiene dos fases, la aguda y la crónica. La primera puede presentarse sin síntomas o con síntomas muy leves. Los síntomas de la fase aguda pueden ser: inflamación y enrojecimiento del sitio de infección (donde el insecto provocó la infección inicial).

Luego, puede seguir con la inflamación de un ojo y de los ganglios linfáticos que drenan el área de la picadura. A medida que el parásito se disemina partiendo del sitio de la inoculación, el paciente presenta fiebre, malestar general, e inflamación generalizada de los ganglios linfáticos. Así mismo, el hígado y el bazo pueden aumentar de tamaño.

La enfermedad disminuye su intensidad después de la fase aguda y puede volverse crónica sin manifestar síntomas posteriores durante muchos años. Cuando los síntomas finalmente se hacen presentes, aparecen como enfermedad cardiaca (cardiomiopatía) y trastornos digestivos.

Los pacientes pueden presentar insuficiencia cardiaca congestiva y el primer síntoma de trastorno digestivo puede ser la dificultad para deglutir, que puede llevar a la desnutrición.

Los enfermos que presenten infección parasitaria del colon pueden experimentar dolor abdominal y estreñimiento. La enfermedad cardiaca es, por lo general, la causa de la muerte del paciente.

LIBERÁNDONOS DE LA ENFERMEDAD

“Este modelo que está siendo aplicado en Bolivia es reconocido porque ha sido premiado como una de las mejores prácticas por el programa Habitad de las Naciones Unidas”, dijo Jaya Sarkar.

“Es un modelo sostenible por el aporte económico que han hecho los miembros de las comunidades participantes que han donado 7.5 millones de dólares para pagar la mano de obra de refacción de las casas”, agregó.

Desde 1995 se desarrolló en Tarija y Chuquisaca el proyecto Proplan conformado por Plan Internacional Inc. Bolivia y la Fundación Pro Hábitat, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de familias que habitan en las zonas endémicas de Chagas, mediante un modelo integral de mejoramiento de vivienda, educación, participación y gestión comunitaria.

Se suman a este esfuerzo, el Servicio Departamental de Salud y Probioma con la inclusión del diagnóstico, tratamiento y el control biológico de la Vinchuca.

“Presentamos estos resultados con la plena esperanza de que se junten los esfuerzos con los nuestros para llevar este modelo y sus resultados cada vez a más niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres de todas las zonas endémicas de Chagas a nivel nacional”, precisó Jaya Sarkar.